El tren de alta velocidad, tren bala o tren banana doblada como suele denominarse, ya está en Argentina, “es un salto a la modernidad”, dijo la presidenta. Cualquier sensación de deja-vu noventista, es pura coincidencia.
El tren unirá primero Buenos Aires y Mar del Plata; luego la primera con Rosario y Córdoba. Aparentemente, el país termina ahí para el poder ejecutivo; algunos sectores reclaman trenes verdaderos y federales, o sea de “velocidad normal” que acarreen las producciones regionales y pasajeros del interior del país, la presidenta dijo que “hay muchas cosas por hacer, y todo no se puede”.
El pasaje en estos trenes costará casi como un boleto de avión, esto a primera vista parce a contra pelo del discurso redistribucionista que la presindenta viene proclamando. De todos modos dijo que “en el futuro los vagones abandonados servirán para superar las carencias habitacional de nuestros tan argentinos sectores populares, esto también forma parte de la política redistributiva que todos los argentinos y argentinas debemos apoyar y que algunos egoístas no quieren ver”.
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