El señor Lousteau ha sido y será bandera y escarapela de la lucha por el reconocimiento de nuestro pueblo en el mundo. Un enaltecedor de las virtudes argentinas, en épocas de gran convulsión y desconcierto global; ha sido un fiel representante del estilo nacional en todos los suelos de nuestra América y otros continentes. Supo mantener su frente alta y su protagonismo al lado de grandes titanes de la escena.
Por estas razones, y otras que no mencionaremos, queremos exhortar a toda la prensa amarillista, histórica leñadora del árbol caído, y a todos aquellos que se atrevieron, de una manera u otra, a agraviar la envestidura de este magnífico ejemplar de ser humano, que se disculpe públicamente, o sufrirá por el resto de sus respectivas existencias.
El Dormilón y La Banana, en defensa del más grande wing izquierdo del mundo, el genial Felix “Chapulín” Lousteau.
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